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Tiendas y comercios se especializan con un estilo claro, más orientado a nicho y menos generalista en cuanto a gama. Los retailers cambian ahora el formato de tienda insignia y las grandes superficies por tiendas más reducidas con servicios adaptados a las necesidades de los compradores locales.
Los cierres como consecuencia de la pandemia han impulsado un deseo en los compradores de todo el mundo de comprar en las tiendas de barrio en busca de productos de proximidad, una práctica inicialmente impuesta por los cierres de la Covid-19 que se convierte en un cambio de comportamiento a largo plazo entre los consumidores. Accenture informa de que el 79% de los consumidores mundiales tiene previsto seguir comprando en tiendas de barrio.
La profunda necesidad que la pandemia ha dejado de reconectar alimenta el deseo de las personas de elegir lo cercano primero, redefiniendo de esta forma los colectivos comunitarios.
El gasto de los consumidores se desplaza ahora del centro de las ciudades y los centros comerciales a los barrios locales, dando a las tiendas de menor tamaño la oportunidad de comprender, analizar y adaptar los nuevos formatos de tienda a comunidades concretas. En el caso de las marcas, demostrar que se tiene en cuenta el estilo de vida de los clientes de las zonas o barrios a los que se quiere llegar es clave, y será importante ser capaz de fijar los precios de los productos y ajustar las gamas en función de los ingresos locales y las necesidades estacionales, satisfaciendo rápida y de la mejor forma posible las necesidades de los clientes.
Las tiendas conectan con la cultura local a través de los materiales endémicos y convierten la tienda en un estandarte de la forma de hacer de la zona.
Espacio y oferta dialogan y ofrecen una alternativa única.
Los toques hogareños agregan calidez a los espacios que recuerdan a las salas de estar y están situados en el centro de las tiendas, sirviendo como un interludio en el que los compradores pueden tomarse un momento para relajarse.
Las marcas deberán demostrar que se ha tenido en cuenta el estilo de vida y la rutina media de los clientes de las zonas o barrios a los que se quiere llegar, adaptando la oferta.